domingo, 2 de septiembre de 2012

Las dificultades estimulantes





En algunos casos, nos complacen las dificultades para comprar.

Todo lo que hacen las mujeres para obtener el semen del varón que prefieren por su dotación genética (1), está determinado por el instinto.

Ellas, al mirarlo de cierta forma, logran que el varón se acerque por más tímido que haya sido hasta ese momento.

Ella logra que el varón se mueva de cierta forma, tal como haría un titiritero con su muñeco, para que, sorteando los obstáculos que interpone la cultura, terminen fecundándose.

Algo que ella tiene que lograr, no voluntariamente sino por puro instinto, es que él tenga una erección pues de otra forma no podría penetrar en la vagina para descargar el semen que expulsan las contracciones orgásmicas de él.

Para que ese tejido cavernoso se llene de sangre dándole turgencia (dureza), ella sabe, desde hace miles de años, que al varón le gustan las dificultades propias de un cazador. Por eso ella, sin saber, sin proponérselo, sin aplicar técnicas leídas en algún libro de autoayuda, simplemente tiene ganas de postergar ese momento, ella se excita negándose a que ocurra lo que más desea; ella aumenta su deseo resistiéndose, fingiendo desinterés, «histeriqueando», como diría algún irónico misógino (que odia a las mujeres).

Una vez que los instintos de ambos han llegado al punto de maduración óptimo, el varón la penetrará con pasión, con energía, quizá también con violencia desmedida, pero el lago seminal de ella quedará felizmente desbordado por un buen tiempo, aumentando las posibilidades de que en 40 semanas tengamos con nosotros a un nuevo terrícola.

Bajo ciertas circunstancias, es bueno que el cliente tenga dificultades en comprar lo que más desea, ya sea por lo costoso, lo difícil de conseguir, lo que hay que esperar para recibirlo.

En algunos casos, nos complacen las dificultades para comprar.

Otras menciones del concepto «las mujeres eligen a los varones»:

 
 
 
 
 
(Este es el Artículo Nº 1.658)

9 comentarios:

Mariana dijo...

Las dificultades pueden estimularnos pero también es cierto que a veces nos achican. Se nos viene el temor de la responsabilidad encima y preferimos tomar otro camino. Con lógica evadimos los problemas, aunque cuando somos capaces de enfrentarlos logramos crecer.

Alba dijo...

Lo que plantea Mariana me parece acertado y quiero puntualizar lo siguiente: si no enfrentamos un problema o una dificultad es porque todavía no estamos preparados para hacerlo. Si somos capaces de captar que eso es lo que nos sucede, puede ser de utilidad hablarlo con un amigo, con un terapeuta, un sacerdote... y de ser posible escuchar distintas opiniones para ver que nos sugieren y sintetizar lo que mejor consideremos.

Laura dijo...

40 semanas parece tan poco tiempo para la formación de una criatura!, sin embargo a las madres puede hacérsenos muy largo.

Santiago dijo...

En estos tiempos parece que las dificultades para comprar nos resulten intolerables. Recurrimos al crédito porque queremos todo ya.

Diana dijo...

Cuando deseo mucho tener algo y me cuesta conseguirlo, lo valoro y disfruto mucho más cuando lo tengo.

Gabriela dijo...

Como mujer no soy de usar la estrategia de hacerme desear. No digo que eso sea mejor o peor. La que se hace desear tiene sus motivos conscientes e inconscientes al igual que quien no lo hace.

Iris dijo...

A veces los hombres confunden y piensan que una está haciéndose desear cuando en realidad lo que hace es acomodar su estantería.

Lola dijo...

Con toda la descripción que hace de la turgencia y del cazador... provoca que me vengan ganitas.

Oliverio dijo...

Para los coleccionistas el disfrute está en el proceso de encontrar esa pieza tan difícil que necesita para enriquecer su colección. Luego estudia, admira y atesora de esos objetos conquistados.