viernes, 1 de marzo de 2013

El amor interesado y las matemáticas


Los clientes preferidos son los que nunca aprendieron a razonar porque nunca entendieron que las matemáticas enseñan a pensar.

Así como los niños aman a sus padres porque dependen de ellos para vivir, porque además reciben de ellos otras satisfacciones como son caricias, protección y regalos, nuestros proveedores se comportan con sus clientes como si estos fueran sus padres.

En otras palabras, nuestros proveedores nos quieren por lo que les damos aunque se esfuercen por hacernos creer que nos aman desinteresadamente.

Sin dejar de reconocer que nos gustaría tener con ellos un vínculo menos mercantil y más romántico, lo cierto es que esto nunca ocurrirá.

Casi todos somos neuróticos, es decir: somos capaces de creer en cosas indemostrables aunque sin perder la capacidad de dudar sobre la veracidad de esas creencias; muy pocos no tienen dudas y por eso no son neuróticos sino psicóticos.

Aunque nos gustaría tener con nuestros proveedores un vínculo menos mercantil, menos utilitario, más romántico y semejante al que tuvimos con nuestros padres, el hecho es que los pobres proveedores no tienen más remedio que mentirnos y hacer lo posible por explotarnos salvajemente.

Como son tan débiles e innobles, no son fieles ni con sus colegas. Si ellos fueran capaces de unirse, los clientes seríamos mucho más explotados. Por esto es que los monopolios corrompen cualquier mercado: porque la ambición del único proveedor no está frenada por la competencia.

Pero en ese amor mercantil e interesado que nos profesan los comerciantes, tiene sus predilecciones, sus «compradores frecuentes», sus «clientes VIP». Algunos clientes son más amados que otros.

¿Cuáles son los clientes preferidos? Respuesta: los más explotados, los que aportan mayores ganancias, los que compran cualquier cosa que a ellos les sobre, los que no revisan los costos financieros, los que nunca entendieron las matemáticas.

(Este es el Artículo Nº 1.806)


9 comentarios:

Sofía dijo...

Cada vez creo menos en la estupidez y más en la complejidad.

Adriana dijo...

Sí, no es tanto por ignorancia, es más por comodidad.

Graciana dijo...

A los clientes vip les regalan pop y coca-cola cuando van al cine para que se envicien.

Maruja dijo...

Los proveedores se comportan con los clientes como si fueran sus padres. ¡Es lo que yo digo! Hay una falta de respeto hoy en día!

Martín dijo...

Lo que gastan los proveedores en querernos convencer de que nos aman, termina demostrando que los tontos son ellos.

Enrique dijo...

No es así Martín. La propaganda funciona. Todo está más que pensado hasta en el último detalle. Somos mucho más vulnerables a la publicidad de lo que creemos.

Morgana dijo...

Nuestros proveedores nos quieren por lo que les damos. ¡Obvio! no va a ser la excepción.

Carolina dijo...

Me gusta su tono irónico, Doc.

Jacinto dijo...

En los negocios del corazón no se revisan los costos.