domingo, 2 de junio de 2013

El trabajo infantil escolar


Condenamos enfáticamente el trabajo infantil remunerado con dinero para  restarle importancia y gravedad al sometimiento laboral, estudiantil y familiar.

Si me promete no escandalizarse entonces le digo que el trabajo infantil existe en todo el planeta pues cuando nuestros niños van a estudiar desde los tres o cuatro años están trabajando para convertirse en ciudadanos útiles para un sistema patrocinado, apoyado y respetado por los adultos.

En cada minuto conviven en nuestro planeta adultos con sus hijos estudiando.

Podemos decir que esos adultos emplean a sus hijos en la tarea de rediseñarse, reformularse, reciclarse, transformarse, dejar de ser como vinieron al mundo, abandonar sus deseos personales para adquirir los deseos de los adultos-empleadores-padres.

Si me promete no escandalizarse también podemos pensar que no hay trabajo peor que el trabajo infantil que hacen nuestros amados hijos.

En casi cualquier tarea de adultos estos suelen tener tiempo de distraerse mientras producen. Un obrero que acciona una máquina durante varias horas puede pensar en su deporte predilecto, en el regalo que le hará a su novia, en la discusión que tuvo con el cuñado, pero la tarea de auto-educarse, la tarea de transformarse uno mismo no admite distracciones.

Desde este punto de vista que le estoy comentando la situación tiene la siguiente estructura:

Los pequeños trabajan produciéndose cambios en sí mismos, en talleres especializados (escuelas), bajo la supervisión de los padres quienes son los verdaderos empleadores porque lo remuneran con todo lo que le «pagan»: alimentación, vestimenta, alojamiento, recreación.

Por supuesto que los gastos que hacen los padres-empleadores en materiales de estudio y pago de honorarios de los docentes son costos inherentes al proceso laboral-educativo.

El énfasis que ponemos en condenar el otro trabajo infantil, el que hacen por dinero, tiene por objetivo restarle importancia a este otro sometimiento laboral, estudiantil y familiar.

(Este es el Artículo Nº 1.898)


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