sábado, 20 de julio de 2013

Por qué el cliente siempre tiene razón



 
El cliente paga al proveedor el alimento que consume el cuerpo de este.

Cuando se dice que «el cliente siempre tiene razón», suele pensarse que el vendedor, el proveedor, el comerciante, productor, fabricante, prestador de servicio, debe ser estrictamente fiel a la demanda, al pedido, a la solicitud, a las expectativas de quien compra nuestro trabajo, tiempo, producción, destreza.

Si el cliente nos compra algo es porque él no puede satisfacer por sí mismo alguna necesidad o deseo. Necesita ayuda, colaboración, asistencia.

El cliente compra lo que no puede hacer solo.

Dejemos volar la imaginación solo para que el fenómeno de la comunicación entre usted y yo sea posible.

Si el cliente pudiera hacer por sí solo todo lo que necesita o desea, nuestra participación sería innecesaria y dejaría de ser nuestro cliente.

Tenemos trabajo gracias a que el cliente no puede hacer todo lo que necesita o desea.

Cuando asumimos la consigna de que «el cliente siempre tiene razón» estamos sugiriendo que la técnica de venta consiste en formar parte del cuerpo de él, tenemos que ser solidarios (formar un único sólido) con él.

Por ejemplo, si tenemos trabajo es porque a nuestro cliente le faltan dos manos más para conseguir todo lo que necesita o desea. Tenemos trabajo en tanto y en cuanto podemos actuar como esas dos manos que le faltan a nuestro cliente.

Cuando decimos que él siempre tiene razón queremos decir que nuestro desempeño consistirá en imaginar que nuestras manos, anatómicamente nuestras, deben actuar con la inteligencia, el cerebro, la razón, el criterio, de él y no con el criterio nuestro como ocurre cuando no vendemos nuestro trabajo porque estamos descansando y usando nuestras manos según nuestra razón.

Él nos paga lo que debería comer de más si efectivamente tuviera otras dos manos.

(Este es el Artículo Nº 1.946)

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