domingo, 13 de octubre de 2013

Los animales no pueden enriquecer



 
El ser humano es el único animal que puede enriquecer, siempre y cuando sepa cómo usar el dinero.

Si hacemos un análisis incompleto de cómo son las personas ricas, podríamos señalar que tienen algunas características imprescindibles.

Por ejemplo, tienen la suerte de adaptarse bien a las condiciones de vida que les tocó en suerte.

Esa suerte consiste en que el cuerpo no les pide más alimentos después que comieron lo suficiente. Algo dentro de ellos hace que la saciedad sea efectiva y dejan de ingerir alimentos cuando se quedan sin hambre.

Otra particularidad consiste en que tienen paciencia, no sufren de ansiedad, saben esperar, postergar, buscar el momento adecuado. Si desean comprar una cama más cómoda, buscan las mejores ofertas, los mejores diseños, consultan a los que saben sobre muebles, sobre ergonomía, sobre cuál es la mejor temporada según sea la dinámica habitual de ese tipo de comercios.

También tienen paciencia para encontrarle un buen destino a la cama que desean cambiar, porque quizá tenga algún valor económico que no deberían desperdiciar, porque quizá puedan usarla para remunerar el servicio de algunas personas que la acepten como parte de pago, porque quizá alguna sociedad filantrópica haría un buen uso de ella.

El resto de los mamíferos regula la cantidad de alimento, disponible en el hábitat que ocupan, comiendo mucho cuando hay abundancia y generando tejido adiposo para cuando escasee, pero los humanos no tenemos necesidad de utilizar nuestro tejido adiposo porque disponemos de refrigeradores que conservan los alimentos por mucho tiempo y tenemos dinero que podemos ahorrar para gastarlo en los períodos de recesión.

Las personas ricas utilizan estas comodidades, pero las personas pobres gastan mucho cuando tienen mucho y se endeudan cuando tienen poco. Se comportan como animales silvestres siendo que el enriquecimiento solo es posible entre seres humanos.

(Este es el Artículo Nº 2.031)

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