miércoles, 13 de noviembre de 2013

El dinero es trabajo


Porque nuestro dinero antes fue nuestro trabajo, todo lo que pagamos está indirectamente hecho por nuestro propio esfuerzo y trabajo.

Como acostumbro, compartiré con usted reflexiones personales para que las pensemos juntos. No me tomo el trabajo de amplificar ideas ajenas. Usted y yo pensamos con nuestras cabezas, con lo que suponemos que es verdad, con las experiencias que hemos tenido. El pensamiento oficial, ese que está en los libros porque a alguien le interesa que usted y yo pensemos como el autor, no participa en este diálogo.

Podemos obtener dinero por dos vías:

1 — Vendiendo lo que extraemos de un terreno que nos pertenece, como podrían ser hortalizas, frutas, petróleo; o

2 — Trabajando, ya sea produciendo para quien nos paga un salario o trabajando para nosotros mismos, produciendo en nuestra propia fábrica.

Veamos qué ocurre con el dinero que obtenemos cuando trabajamos (opción 2).

En este caso podemos afirmar que el dinero que cobramos equivale a tiempo trabajado. Hasta cierto punto podemos adherir al refrán «El tiempo es oro», para lo cual tendríamos que retocar su redacción para decir «El tiempo trabajado es oro».

Simplificando aun más, es posible decir que el dinero es trabajo. Cuando tenemos dinero tenemos un equivalente al trabajo realizado. Estuvimos un tiempo haciendo algo con nuestro cuerpo (músculos, cerebro, ambos) y quien se benefició de nuestro esfuerzo lo remuneró con ese dinero que ahora tenemos en el bolsillo.

Cuando vamos a destinar ese dinero a comprar algo lo que en realidad estamos haciendo es realizando eso que compramos. Por ejemplo, si contratamos a un sanitario para que desobstruya una cañería, somos nosotros mismos quienes la desobstruimos a través de él, pues fue con nuestro trabajo que ganamos el dinero que él nos cobrará.

Cuando pagamos un trabajo ajeno es porque antes estuvimos trabajando.

(Este es el Artículo Nº 2.062)


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