miércoles, 12 de febrero de 2014

Dinero, energía física, juventud y vejez


El dinero es energía laboral acumulada. Tener energía física es más placentero que sentirnos agotados. Por lo tanto, tener dinero es tan satisfactorio como sentirnos con energía y no tener dinero es tan insatisfactorio como sentirnos agotados.

Aunque cada etapa de la vida tiene sus luces y sus sombras, las mejores suelen ser las anteriores al presente. Por eso el dicho popular: «Todo tiempo pasado fue mejor».

Me atrevo a asegurar que esto no es así, aunque reconozco que parece así. Es una ilusión inevitable suponer que la juventud es mejor que la vejez y que la niñez es mejor que todas ellas.

En condiciones normales, todas tienen aspectos positivos y aspectos negativos.

En varios artículos he compartido con ustedes argumentos que intentan fundamentar una ley de hierro del fenómeno vida: vivir duele (1). Parece que la naturaleza nos pro-mueve, hace cosas para movernos, consistentes básicamente en provocarnos dolor que nos empuja y placer que nos atrae. Con ambos estímulos estamos mal o bien según cuál sea el estímulo que estamos recibiendo (el doloroso o el placentero).

Si logramos aceptar que el dinero es una forma de tiempo trabajado, podríamos pensar que, en la vejez, nos viene muy bien disponer del trabajo que fue ejecutado cuando nuestro cuerpo tenía más energía, se cansaba menos y se recuperaba con menos horas de reposo.

La vejez es menos penosa con dinero porque el dinero equivale a energía. Con dinero podemos comprar el trabajo que a nosotros nos cuesta hacer.

Todos los humanos deseamos conservar la juventud. Con la energía que indirectamente nos provee el dinero, (mediante la compra de trabajo ajeno), logramos funcionar como jóvenes.

Cuando nos quejamos de las desigualdades entre ricos y pobres, en el fondo también nos estamos quejando de que haya personas con poca energía-dinero (funcionalmente ancianos) y gente con mucha energía-dinero (funcionalmente jóvenes).

Quizá no sea razonable negar la comodidad que obtenemos con el dinero, así como sería tonto negar que tener energía física es más placentero que sentirnos agotados.

Estamos de acuerdo: «el dinero no hace la felicidad», pero tener energía física es más placentero que el cansancio. Si gracias al dinero podemos funcionar como si tuviéramos energía física, entonces tener dinero es más placentero que no tenerlo.

(1) Blog titulado Vivir duele

(Este es el Artículo Nº 2.120)


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