miércoles, 5 de marzo de 2014

La gota de agua


Con el refrán «La gota de agua horada la piedra» estamos sugestionados con que, para solucionar la injusticia distributiva, debemos resistir y tener paciencia hasta morirnos.

En otro artículo y video (1) les dejaba un comentario sobre esa cantidad enorme de obras literarias (después convertidas en películas o no), en las que el héroe y triunfador es un personaje pequeño, quizá un niño o un pobre, que logra vencer a un gigante, quizá un delincuente, genio malévolo o rico.

El esquema tiene éxito en casi todos los casos: el público compra, lee, disfruta, con las dificultades de alguien muy parecido a nosotros, los lectores. Infaliblemente, en un final agónico, dramático, electrizante, el bueno y débil vence al malo e invencible contrincante, que durante toda la película estuvo amenazándonos a través de nuestro representante, el pequeño héroe.

Lo que les comentaba en el mencionado artículo es que, gracias a estas obras literarias o cinematográficas, los pobres y débiles nos mantenemos tranquilos, cada uno por su lado, disfrutando en solitario con estas fantasías, para que a ninguno se le ocurra cuestionar demasiado la insólita y eterna desigualdad entre pobres y ricos.

Para perfeccionar este canto coral de los menos favorecidos, el Papa, desde su trono casi celestial, también dice acongojado: «¡Qué horrible, cómo sufren ustedes, los pobres. (Los ricos) deberíamos hacer algo!».

En el video asociado a este artículo les comento algo similar.

Cuando sentimos el sabio refrán que dice: «La gota de agua horada la piedra», nos sentimos plenos de sabiduría y a partir de este estado místico, nos dedicamos a insistir, perseverar, reclamar, pedir, trabajar, declamar, llorar, aguantar y todos los verbos similares, por tiempo indeterminado, porque, como bien lo enuncia el referido refrán «Si una débil gota de agua horada la piedra, ¡cuánto más podré yo, que soy más fuerte que una gota de agua!»

Quizá, por tratarse de que ya estamos en el siglo 21, deberíamos reformular el refrán, el que quedaría redactado así: «La gota de agua MOJA la piedra».


(Este es el Artículo Nº 2.141)


No hay comentarios: