domingo, 30 de marzo de 2014

La telepatía no existe


Las ventajas de los mensajes ambiguos e intrigantes.

Las dificultades para comunicarse no dependen solamente de la falta de práctica, o de la pequeñez del léxico (capital verbal, vocabulario), o de la capacidad oratoria, también influye una cierta estrategia social.

La actitud intrigante se caracteriza por insinuar ideas para que el destinatario la termine con lo que imagina.

Por ejemplo, alguien pude decir: «Juan tiene buena fama, sin embargo quienes lo conocemos mejor tenemos una opinión muy diferente».

Con este comentario, quien poco dijo en cantidad de palabras logró instalar una duda en el receptor. La estrategia consiste en no hacerse responsable de lo que dice porque sólo sugiere, dejando cualquier posible interpretación en manos de quien escucha.

Otro objetivo del intrigante es despertar curiosidad para que el interlocutor se quede pensando en el emisor. Si la intención es fijar un recuerdo recurrente, el intrigante logra que el otro nunca deje de pensar eso que no logró entender.

Nunca he oído que los críticos literarios o los teólogos hayan dicho que los textos bíblicos son intrigantes, pero quizá lo sean y es por eso que tantas personas meditan largamente sobre esas escrituras ambiguas, que tanto podrían estar llenas de significados como totalmente vacías.

Acá tenemos un ejemplo donde se muestran las ventajas de una mala comunicación, o de una comunicación insinuante, malintencionada, destinada a encarcelar el pensamiento de quien la reciba. ¿A quién podría ocurrírsele que la biblia tiene una literatura intrigante y maliciosa? No es fácil presentar esta hipótesis, pero usted podría dedicarle unos minutos a descartarla... si es que encuentra suficientes argumentos para hacerlo.

Las personas que reciben una escasa formación educativa pueden encontrar en ese estilo literario (el de expresarse con muy poca claridad aunque con gran ambigüedad, como observamos en la Biblia) y sentir que es mejor no saber mucho porque cuanto más clara es la comunicación menos dominamos a los otros, en tanto siempre quedan en libertad de criticar lo que oyen y entienden.

(Este es el Artículo Nº 2.164)


No hay comentarios: