viernes, 4 de abril de 2014

Deseo y petróleo


Conocemos a muchas personas que se creen mejores administradoras de nuestra energía (deseo), pero lo que en realidad quieren es usarlo en beneficio de ellas.

El título se explica porque en el video les comento que el deseo es nuestra fuente de energía, de modo similar a como el petróleo es también una fuente de energía.

Todos tenemos deseos y algunos países tienen petróleo.

Así como no sería lógico que los países petroleros compraran petróleo a otro país, tampoco sería lógico que cada uno de nosotros se guíe por el deseo ajeno en vez de considerar, respetar, obedecer, el deseo propio.

Quizá la situación individual sea más grave porque lo que en realidad nos ocurre es que otros vienen a decirnos cómo debemos utilizar nuestro deseo. Es decir: a veces ocurre que otros (padres, docentes, políticos) desean que usemos nuestro deseo de una cierta forma y no de otra.

Volviendo al caso del país petrolero, la situación sería que otros países le dijeran a Venezuela, por ejemplo, ustedes deben vendernos el petróleo a la mitad de precio.

En los hechos, lo que ocurre con quienes tratan de administrar nuestro propio deseo es algo similar al ejemplo que acabo de mencionar respecto a Venezuela, pues, efectivamente, el deseo ajeno trata de aprovecharse de nosotros. Así como alguien propone que vendan el petróleo más barato, quienes nos aconsejan, tratando de liderar nuestras acciones, nunca lo hacen por nuestro beneficio sino por el beneficio de ellos.

Pondré otros ejemplos: Los padres sugieren a sus hijos que estudien ciertos temas y que abandonen otros; lo mismo hacen en los aspectos afectivos: sugieren ciertas compañías y tratan de alejar a otras; la publicidad, obviamente, trata de influir en nuestro deseo para que hagamos lo que a ellos le conviene.

En suma: conocemos a muchas personas que se creen mejores administradoras de nuestra energía (deseo), pero lo que en realidad quieren es usarlo en beneficio de ellas.

(Este es el Artículo Nº 2.168)


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